- Blaise Pascal

Empiezo diciendo que este post está dedicado a compartir ciertas opiniones humildes y personales sobre ciertas cosas acerca de las distintas religiones, el cristianismo, el catolicismo y una experiencia muy personal y bonita que acabo de vivir. De ninguna manera tengo intención de cambiar el pensamiento de otras personas, dictar creencias, imponerme sobre las de ustedes o rayar en el irrespeto.

A todos los que lean esta entrada y mucho más aquellos que la aprecien estoy sumamente agradecida. Si por el contrario les parece aburrida o sin sentido, están en todo el derecho de pensar así y no tomarle importancia.


Hoy por decirlo así, "milagrosamente" fui de nuevo a misa (ya van 2 veces con esta que voy en el año lo cual es un gran progreso).

Como he dicho antes soy Católica por bautizo y aún me conservo por creencias pero digamos que no soy la cristiana perfecta que reza todas las noches o que va a la iglesia todos los domingos. Admito que muchas veces puedo darle la espalda a cosas importantes como agradecer por la vida pero ciertamente aún conservo ese respeto y esa devoción especial por lo mágico que hay en todo esto.

Hoy fui a misa porque el Cardenal Rodríguez Madariaga (para los que no están empapados en este tipo de temas -incluyéndome que hasta hoy no sabía esto-, los cardenales son prácticamente los que le siguen en rango eclesiástico al Papa) vino a Panamá a presidir una misa en una parroquia cerca de mi casa.

Al principio cuando mi mamá me dijo que el Cardenal Madariaga venía a dar una misa (y dándole más importancia porque el fue uno de los tres candidatos para ser Papa en el 2005) y que quería que toda la familia estuviese presente ni siquiera le di importancia. Sí lo consideré algo grande que viniera a Panamá por el peso que tiene pero hasta 5 minutos antes de que empezara la misa seguía un poco reacia a ser tan abierta con la ceremonia.

Mi actitud sobre ir a la iglesia desde hace ya un buen par de años atrás hasta ahora siempre ha sido un poco negativa. Muchas veces puede ser por pereza o porque las personas tendemos a crearnos un nudo en nuestras vidas y hacernos los "ocupados" pero más que eso es por la falta de carisma que he visto en los padres. Carisma para mi no es treparse en una mesa y gritar "¡Por el nombre de Jesucristo!" y hacer todo el show que sinceramente lo considero innecesario. Carisma es tener ese aura especial atrayente y evocativa de un propósito y un mensaje.

En lo personal, prefiero dedicarle mi tiempo diario a Dios desde mi casa a que estar iendo a la Iglesia por costumbre y no por fe para estar repasando todo lo que dijo el padre y que no me gustó. Ir a la Iglesia para mi no debe ser por una simple costumbre, sino por la verdadera convicción que uno siente hacia lo eterno.

Cuando llegamos a la parroquia, los padres y el cardenal se estaban justamente preparando para entrar y hacer la ceremonia inicial.

Sinceramente no sé qué pasó pero al ver la escena de tres hombres altos en sus respectivas sotanas con la mitra puesta sentí que era algo especial. Esos elementos representativos de personas que entregan su vida para llevar un mensaje especial a todos, y que muchas veces es malinterpretado, fue como una gran descarga de inspiración.

Entramos y nos sentamos. Pasadas todas las ceremonias iniciales de ciertos actos, lecturas y demás el cardenal entonces se paró para hablar. Con una sonrisa dibujada en el rostro, ojos brillantes y expresivos, una voz de gran resonancia y poder nos fue llevando poco a poco a través de temas fundamentales sobre la vida y la vida de un cristiano. Cada frase, cada pausa me causaba un escalofrío y me hacía poner la piel de gallina.

Era algo que estaba esperando desde hace mucho tiempo atrás: ver un líder que siente pasión por el camino que decidió escoger impartiendo con esa misma pasión lecciones de vida. Dócil y al mismo tiempo un mensaje fuerte y claro. Una voz que se levanta sobre los que han decidido callar. Fue simplemente algo impresionante.

Hoy comprendí que después de tantas discusiones sobre un tema delicado como lo es la religión o las creencias es al final del día algo tan sencillo para los que lo quieran ver así. El único mensaje que hay que entender en lo que llamamos Biblia es que ese Dios que adoramos es amor y por amor es que uno vive porque del amor nace todo lo demás y alegra al que tiene la dicha de sentirlo y compartirlo. Lo demás es adorno y un complemento de lo que cada uno desee creer cosa que no te hace más ni menos y tampoco te pone del lado de lo "correcto" o "incorrecto".

El Padre Madariaga compartió con nosotros lo importante que es vivir por/con amor y alegrarnos por la vida. El amor, como él dijo citando algo de la Biblia, es paciente, bondadoso. No es envidioso, ni egoísta ni orgulloso. Todo lo perdona, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Por creer, esperar, soportar y perdonar uno se vuelve invencible. Nuestras creencias, sean cuales sean, y nuestra fe en que todo lo podemos mientras uno se lo proponga son cosas que te llevan a experimentar un cambio grande y positivo en nuestras vidas y más que nada nos hace vivir con un sentimiento de ligereza y alegría que al final del día valen muchísimo más que todos esos obstáculos que debemos atravesar.

La Biblia, y esto si es opinión personal, no son reglas forjadas en acero. Es una guía para vivir con felicidad en lo eterno y en lo mágico. Gastar tiempo tratando de ver "lo malo", los mensajes "ocultos", aprenderse de memoria todos los versículos para demostrar que oh todo lo sabes o saber todas las mil y un historias que tiene sin buscar la esencia de la enseñanza no nos ayuda en nada porque esas cosas se olvidan y quedan enterradas en el tiempo. Lo que queda es lo que aprendistes y lo que te ayudó a ser mejor persona.

La Biblia no fue escrita por Dios, fue escrita por hombres que quieren enseñar todo lo que ese Amor nos puede traer a la vida. Esos hombres, así como tu y como yo, pueden olvidar, agregar, quitar y poner lo que ellos decidieron que fuera fundamental.

En el Islamismo, el Protestantismo, el Catolicismo, el Hinduismo, el Budismo , el Judaísmo, el Shintoismo, el Dualismo, el Taoismo, el Ateismo, el Agnosticismo y en un sin fin de religiones, creencias y no creencias, doctrinas, etc solo hay que creer en lo positivo, ver lo bueno de cada quien, tener confianza en que todo se puede lograr y solo así viviremos en paz tanto con nosotros mismos como con los demás.